Monday, June 6, 2011     17:19
 

Primera Temporada de Arte en 1910

La joven república apenas pasaba de un lustro de vida independiente y ya había inaugurado tres majestuosos edificios en 1910: el Teatro Nacional, el Palacio de Gobierno y el Instituto Nacional.

Existía una gran avidez por aprender y por la cultura en general en toda la ciudadanía.

Desde el 22 de marzo, se empezó a anunciar la próxima llegada de la Compañía Italiana de Opera, que procedía de unas exitosas representaciones en El Salvador, donde habían recibido bonificaciones extras por los triunfos alcanzados.

El representante de la citada compañía anunciaba que iban a permanecer en Panamá por un mes entero y presentarían cuatro funciones cada semana.

Los artistas, todos de primera línea, venían de su país de origen precedidos de una gran fama.

Los vestuarios y escenografía eran muy finos y costosos.

Se anunciaban las carteleras operísticas que contenían en su repertorio a las más renombradas del mundo. El debut se planeó para los primeros días de abril, después que llegaron a Panamá, el 29 de marzo a bordo del vapor Perú.

Se hizo una gran promoción en la ciudad y en la Zona del Canal, con venta avanzada de la boletería en el lujoso almacén La Ville de París, interés que se incrementó notablemente al anunciarse el debut, para el domingo 3 de abril a los 8:30 p.m. en el Teatro Nacional con la ópera Lucia De Lammermoore de Donizetti, con el reparto siguiente:

Lord Enrico Ashton: Sr. Geovachini
Lucía: Sra. Bresonier
Sir Edgardo Di Ravenweed: Sr. Sigaldi
Raymundo Bridenbent: Sr. Panciera
Lord Arturo Bukidoe: Sr. Perl
Alisa: Srta Genovel
Novmno: Sr. Camarini
Director: Sr. Villalonga

Se anunciaron igualmente los precios para cada una de las funciones, así:

Palcos (Ocho Sillas) B/.32.00
Anfiteatro 4.00
Luneta 3.50
Galería 1.00

La noche inaugural resultó sencillamente esplendorosa, con un teatro totalmente lleno, con asistencia de las más destacadas personalidades del gobierno y la sociedad.

Los artistas y la bien acoplada compañía de inmediato demostraron la gran clase y categoría que tenían.

Para la noche del martes 5 de abril se programó la ópera Rigoletto de Verdi, donde se destacaron el tenor Geovachini en el rol principal y la soprano Luisa Bresonier en el papel de Gilda.

Los coros y cuerpo de ballet estuvieron formidables en sus actuaciones.

Para la tercera presentación (abril 7) se anunció a IL Tovatore de Verdi. Esa noche se dedicó a los residentes de la Zona del Canal y a las tripulaciones de los acorazados de la marina norteamericana Tennessee y South Dakota, que se encontraban en el Puerto de Balboa, lo mismo que al cónsul Sr. Allan G. Snyder.

El empresario de la compañía y primer tenor, señor Sigaldi, se ganó los laureles en el gran papel que realizó con Mantico. En el aria "Di quella pera" del tercer acto, los aplausos fueron tan grandes y espontáneos, que se vio obligado a repetirla.

La espléndida voz de mezzo soprano de la Srta. Delgado en el rol de Azucena, aunado a su gran poder histriónico, fueron factores decisivos para que el dúo "Casa de nuestra montaña", con el señor Sigaldi, obtuviera una estruendosa ovación. Cada función que pasaba, sólo contribuía a cimentar más y más la gran profesionalidad de esta maravillosa agrupación. El telón del Teatro Nacional se descorrió el sábado 9 a la hora de Gounod donde el tenor Sigaldi y el señor Panciera, como Fausto y Mefistófeles respectivamente, hicieron de esa noche, la delicia de los amantes del bel canto.

Para el domingo 10, se pusieron en escena las óperas Cavalleria Rusticana de Mascagni y la obra de León Cavallo IL Paglicacci.

La gran obra de Puccini, Tosca, que teniendo un extraordinario reparto y escenografía, sirvieron de fondo para la impecable actuación de la señora Bresonier como Tosca y el de Mario Caravali cantado por el señor Sigaldi.

Se reservó la noche del sábado 16 para la interpretación de la obra La Traviata de Verdi brillando en forma magnífica la señora Bresonier en el papel de Violetta y el señor Sigaldi como Alfredo. El acompañamiento y la actuación del resto de la compañía fue excelente en toda forma, presenciando la ciudad de Panamá un acontecimiento cultural de gran brillantez.

Al día siguiente la compañía repuso la obra Rigoletto que tuvo una audiencia muy grande.

El 19 se vuelve a presentar IL Trovatore, dedicado a la Colonia italiana, pero la concurrencia resultó muy escasa, recibiendo los artistas una gran decepción.

Después sigue la obra de Donizzetti, Favorita, con la mezzo soprano señorita Delgado en el rol principal. Se planea un beneficio para la soprano estrella Sra. Luisa Bressonier con la ópera española Marina, que fue muy concurrida. Durante los intermedios de los actos 2 y 3 la homenajeada cantó varias arias de óperas, entre ellas la Micaela de Carmen de Bizet.

Ya el 24 de abril la compañía tuvo que reducir substancialmente los precios de admisión para la función así:

Palcos: B/.20.00
Anfiteatro y luneta: 2.50
General: 1.00
Galería: 0.50

El 26 fue repuesta La Boheme y el 28 se clausura esta extraordinaria temporada con la ópera Aída, a beneficio de los Asilos Bolívar y de los Huérfanos.

Las distinguidas damas de la sociedad Elisa R. de Espinosa y Hortensia de Alfaro, auspiciaron esta función de despedida, que se vio prestigiada por el señor Presidente de la República, don José D. De Obaldía, y todos los miembros de su gabinete.

Fue en verdad una extraordinaria noche de gala y un gran adiós para la Compañía Italiana de Opera, pues había traído a Panamá todo su repertorio, que presentó ante un público muy culto, pero sobre todo muy conocedor de la música clásica.

La actividad teatro-musical, estaba en pleno auge en esos años, ya que el año anterior había actuado la compañía de comedias de María Guerrero, el transformista Donnetti y varias revistas musicales en el Teatro Metropole, estas últimas.

Meses después se anunciaba la segunda temporada de ópera por la Compañía Lombardi y que será motivo de otro análisis.