Monday, June 6, 2011     17:19
 

Intento de cambiar el nombre del Canal de Panamá

La administración del presidente norteamericano, Theodore Roosevelt tuvo su máxima obra en la construcción del Canal de Panamá, aunque no le tocó el honor de inaugurarlo en agosto 15, 1914 por haber ya terminado su periodo como primer mandatario.

Sin embargo, la estampa de su vigorosa personalidad se podía ver por todas partes y sus ejecutorias palpadas, hasta en los mínimos detalles.

A los dos años de haberse encargado los Estados Unidos de convertir en realidad aquello donde los franceses habían fracasado, la situación parecía dirigirse hacia similares derroteros.

Vino entonces la decisión firme del recio mandatario de encomendar la total dirección de los trabajos al ejército, ya que Roosevelt se había cansado de que los civiles renunciaran a sus puestos, mientras que los militares no lo podían hacer, según su opinión.

La férrea disciplina de los últimos pronto iría dando sus frutos, hasta llegar el esperado día cuando desde la Casa Blanca, el presidente Woodrow Wilson oprimiera el 10 de octubre de 1913 el botón que detonaba la dinamita para unir ambos extremos del Corte de Culebra.

Los trabajos continuaron hasta que la maravillosa obra de ingeniería mundial quedó abierta para los barcos del mundo el 15 de agosto de 1914. El sello rooseveltiano aparecía por todas partes, desde el empleo de su influencia para aprobar el tratado Hay-Pauncefote, sus esfuerzos por que se escogiera la ruta de Panamá sobre las otras propuestas, brindarle el necesario apoyo a la naciente república panameña, luego apoyar la tesis presentada por Gorgas que señalaba lo imperativo de sanear la región primero y luego construir. Creer que se debía gastar grandes sumas de dinero para combatir el mosquito anófeles y la malaria. Aprobar los planes de sus ingenieros que favorecían a un canal de esclusas y no a nivel.

En la sesión del Senado de los Estados Unidos del 19 de febrero de 1919, el Reverendo Forrest J. Prettyman, D.d., pronunció la diaria oración religiosa que normalmente iniciaba todas las reuniones de ese cuerpo legislativo.

Luego en la sección de Peticiones y Memoriales, el Senador Sterling presentó una resolución que emanaba del congreso del estado de South Dakota por medio de la cual se solicitaba al senado de los Estados Unidos, cambiar el nombre del Canal de Panamá por Canal de Roosevelt.

La citada resolución decía así:

"Ya que nuestra nación ha experimentado una gran sensación de dolor y pena, cuando el Hacedor Supremo llamó a su seno a la intrépida alma de Theodore Roosevelt, el más viril, más brillante, más querido y más típico americano de su tiempo, cuyas actuaciones como atleta, cazador, soldado, autor, explorador, Presidente y portador de un límpido americanismo, lo han convertido en una figura inspiradora para las juventudes de generaciones y ya que uno de sus grandes triunfos está representado por el Canal entre los océanos Atlántico y Pacífico que su genio creador, apartándose de debaterías y después de 50 años de espera, hizo posible.

Resuelve:

El Senado del Estado de South Dakota (con la aprobación de la Cámara de Representantes) solicita oficialmente al Congreso de los Estados Unidos que denomine a esa vía acuática, hecha por el pueblo americano, con el nombre del Canal de Roosevelt, de manera que se destaque este hecho como un eterno monumento a su grandeza y un eterno recuerdo para todos, de que ese canal, lo mismo que el gran presidente que lo inició, es inequívocamente americano, y resuelve además que una copia de esta resolución oficialmente firmada por los dignatarios y oficiales de ambas cámaras se envíe al presidente del Senado y de la Cámara de Representantes así como también a cada uno de los senadores y representantes del Congreso de los Estados Unidos.

Por el Senado:

  • W.H. Mc Master - Presidente
  • A. B. Blake - Secretario

Por la Cámara de Representantes:

  • Lewis Benson
  • Wright Tanell

Pierce, South Dakota, febrero 10 de 1919".

Al conocerse en Panamá de la citada petición se iniciaron movimientos de protestas que culminaron con la resolución No. 25 de 27 de febrero del mismo año de la Asamblea Nacional y que decía:

"Dado que una moción se ha presentado en el Senado de los Estados Unidos para cambiarle el nombre al canal de Panamá, por el Canal de Roosevelt. Mientras que ese meritorio ciudadano, quien fue un gran amigo de nuestra república, es merecedor no solo de este honor, sino aún de más altos, el pueblo panameño vería con el mayor desagrado patriótico, que el mayor producto del genio y esfuerzo humano se le despojara del nombre de este país, como ya es mundialmente conocido.

Lo menos que se puede pedir por parte de Panamá, que permitió ser dividida para el beneficio del mundo, es que su nombre permanezca unido a tan portentosa hazaña. En consecuencia, La Asamblea Nacional de Panamá resuelve:

Hacer del conocimiento del Senado y el pueblo de los Estados Unidos su decidido y vehemente deseo que el nombre del Canal de Panamá se continúe dando a la vía acuática que une a los dos océanos más grandes y al mismo tiempo destacar el placer con que el pueblo panameño se uniría en cualquier otra forma para glorificar el nombre de Roosevelt."

  • E. A. Jiménez - Presidente
  • José Ángel Casís - Secretario

El 21 de mayo esta resolución de la Asamblea Nacional fue enviada por Joe E. Lefevre encargado de negocios de nuestra representación diplomática en Washington, al Secretario de Estado Interno, Frank L. Polk, quien a su vez la dirigió al Comité de Relaciones Exteriores del Senado el 29 de ese mismo mes.

De forma similar se empezaron los contactos amistosos y políticos con senadores de ambos partidos, demócratas y republicanos, para lograr el apoyo necesario y que en muchos casos fue ofrecido por ellos mismos, en forma espontánea.

Aparentemente la situación pudo ser contrarrestada a su debido tiempo y no pasó de ser un anhelo del Estado de South Dakota y sus representantes políticos de glorificar eternamente la memoria de Theodore Roosevelt a costa de nuestra nación, que se había dividido en dos mitades para ofrecer al mundo todo el beneficio de un tránsito interoceánico.

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