Monday, June 6, 2011     17:19
 

Las casas protegidas en la Zona del Canal

La labor tesonera y sumamente riesgosa, llevada a cabo por los doctores Reed, Gorgas, Agramonte, Finlay, Lazear y su equipo de trabajo, al erradicar de la Habana, fiebre amarilla y obtener una notable disminución de la malaria, después de haber comprobado científicamente que los mosquitos Stegomya fasciata (ahora conocido como Aedes Egypti) y
Anopheles (malaria) eran los transmisores de estas enfermedades, fue una decisiva ventaja y notable apoyo para combatirlas en Panamá.

En consecuencia, se empleó la fumigación, el drenaje, el riego de aceites, limpieza de hierbazales y un estudio científico de los mosquitos y sus formas de vida.

El empleo de dosis diarias y profilácticas de la quinina, fue la única forma de medicamento terapéutico usado, que seguramente tuvo repercusiones en los niveles de zumbidos en los oídos y sordera futura de los trabajadores.

Además de un estricto control sanitario en las ciudades terminales de Panamá y Colón, la aplicación de mallas en las puertas y ventanas de las casas, bajo instrucciones precisas, demostró ser un punto muy importante en el saneamiento necesario contra la propagación de ambas enfermedades.

Posteriormente, se decidió cubrir los portales, que aunque resultaba un poco más caro, ofrecía grandes ventajes en el sentido de disminuir el calor y también las posibilidades de acceso al interior para los mosquitos.

Para septiembre de 1908, se había gastado en este programa, la suma de $225.714, a razón de $ 1.O5 por yarda cuadrada para la compra de un material de bronce, que contiene un 90% de cobre, de gran resistencia a la humedad y calor predominantes en el Istmo.

Había ciertas instrucciones especiales a seguir cuando se pensaba instalarlas, entre las cuales se indican que las puertas debieran ser construidas, en forma tal, que únicamente podrían abrir en una sola dirección.

Algunos se opusieron a estas medidas de cerrar los balcones de las casas, pero se demostró que solo añadía un pequeño costo a la construcción. ($400.00 a $421.00) y en cambio, ofrecía un área adicional de múltiples usos para toda la familia.

También pudo reducirse el número de puertas que abrían directamente hacia fuera, disminuyéndolas hasta dos.

Como los mosquitos tienden a ser atraídos por la luz, hay mucho menor riesgo que ganen rápido acceso a la casa, si primero cuando se abren las puertas, no van directamente hacia la calle sino al pasillo, algo que fue requisito en la elaboración de los planos.

Cualquier desperfecto que aparezca en las mallas de las puertas y ventanas, resulta de mucho menor peligro que si está en los balcones. En ningún caso, las puertas de la casa tendrían una doble acción simultánea, ya que esta acción crearía una gran succión hacia adentro.

Las puertas y ventanas debían ser construidas lo más pequeñas posible, siguiendo el diseño arquitectónico, para conseguir una notable disminución en las posibles entradas a los insectos.

El éxito que tuvo el Departamento de Sanidad, con la erradicación de la fiebre amarilla en Panamá, desde el 26 de diciembre de 1926 y con la gran disminución de los casos de malaria, en esa época. es un testimonio vivo del triunfo sobre el control de estas enfermedades.

Los lugares para vivienda proporcionados por la Zona del Canal a sus empleados, todas se distinguían por las mallas de su exterior.

El Dr. Manuel Amador Guerrero, posteriormente primer presidente de Panamá, quien acabando de llegar a Washington, en su rol de consejero para el Tratado, se enteró de que ya se había firmado el documento, estalló en cólera, pero luego muy conformado exclamó “por lo menos desaparecerá la fiebre amarilla de Panamá”.

El médico prevalecía ante el político frustrado y engañado, mencionando y profetizando, algo sumamente positivo que sucedería en el Istmo, para beneficio, no solo de los panameños sino de la Humanidad entera.

Esta decisión de colocar mallas en los balcones, fue de innegable valor y vino a demostrar el coraje, la tenacidad y la valentía de Gorgas para defender su idea, encontrando hasta en las más altas esferas del gobierno de Estados Unidos, una cerrada y fuerte oposición, que llegó, a veces, hasta el punto de satíricos ataques.