Monday, June 6, 2011     17:19
 

El tratado de los 25 millones

El presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt ( 1901-1909 ), mientras se negociaba con Colombia, el Tratado Herrán-Hay, se había formado una opinión no muy favorable por cierto, de los colombianos que estaban en el gobierno de ese país, motivada por las exigencias monetarias, cada vez más altas, que eran presentadas, hasta el punto que decidió darlas por terminadas.

Finalmente, el Senado colombiano rechazó el citado documento, en forma unánime, que precipitó los movimientos de secesión panameños, que llevaron a la independencia el 3 de noviembre de 1903.

Con una increíble rapidez, ( diez días ), la nueva nación fue reconocida por el coloso del Norte, acción a la cual, se fueron uniendo las diferentes naciones de América y Europa.

Colombia, por supuesto, no entró en estas listas, ya que al considerarse como una nación agredida, se mantuvo alejada de estos actos diplomáticos.

En los Estados Unidos, hubo grandes protestas por esta política de abierto apoyo a la causa panameña.

Algunos años más tarde, el ahora ex presidente Roosevelt, en un discurso que pronunció en la Universidad de Berkeley, California, el 23 de marzo,1911, en el Gran Teatro Griego Hearst, enfocó varios temas y uno de ellos fue la controversia surgida sobre del Canal de Panamá y dijo “ Afortunadamente la ciencia vino en un momento en que yo podía actuar libremente, sin impedimentos. Por lo tanto, me tomé el Istmo, comencé el Canal y luego no dejé que el Congreso discutiera sobre él, sino sobre mí”.

Añadió:” Pero mientras el debate sigue, el Canal también continúa y que me sigan debatiendo por el tiempo que quieran, con tal que podamos seguir trabajando en el Canal. Yo creo que estoy diciendo la verdad exacta, que estoy hablando con precisión Científica, cuando digo que, sin duda alguna, que el Canal es la proeza más grande en su clase que jamás se haya intentado por la civilización humana y que nuestros ingenieros y médicos han hecho allí su trabajo, mejor que su contrapartes de otros países, jamás pudieron hacerlo”.

Roosevelt, desde los movimientos secesionistas de los panameños, se había formado una baja opinión de los colombianos que estaban en el gobierno, a raíz de las negociaciones del Tratado Herrán –Hay, usando términos despectivos como “ conejos “ y “ bandidos”.

Continuaba el mandatario norteamericano :” Cuando se rebelaron ( se refería a los panameños ), yo usé rápidamente la Armada para impedir que los bandidos, qque habrían tratado de detenernos, gastaran meses de inútil derramamiento de sangre conquistando o tratando de conquistar el Istmo, en daño perdurable de nosotros y del mundo. No consulté ni a Hay ni a Root, ni a persona alguna sobre lo que hice, debido a que un Consejo de Guerra, no pelea y yo tenía la intención de hacer el trabajo de una vez por todas”.

Colombia, por otra parte, trató por diversas formas, de atraerse a Panamá y con tal motivo, envió una delegación de prestantes ciudadanos, encabezada por el General Rafael Reyes y además integrada por los generales Lucas Caballero, Jorge Holguín y Pedro Nel Ospina.

Esta Comisión, después de reunirse con otra similar de Panamá, el 20 de noviembre del mismo año ), no consiguió absolutamente nada, pese a ofrecimientos variados ( perdón para todos los involucrados en el movimiento secesionista, la ciudad de Panamá sería la capital de Colombia, construcción de escuelas, caminos y hospitales).

El general Reyes y su comitiva, se dirigió hacia la capital norteña, con el objeto de iniciar contactos para tratar de cambiar la posición de Estados Unidos.

Entre estos ofrecimientos estaban : aprobación inmediata por parte del Senado colombiano del Tratado Herrán- Hay ( se trataba, por supuesto del mismo Senado que anteriormente lo había rechazado ), olvidarse del pago monetario de ningún tipo a Colombia, ni el ya previamente acordado ) ( diez millones de dólares), unirse con senadores norteamericanos adversos al recien aprobado tratado, para hacerle una gran oposición.

Otro punto pensado por los colombianos, fue invadir militarmente al Istmo, por la vía de arién, que se llevó a cabo, por intermedio de una fuerza de 500 aguerridos soldados, al mando del general Daniel Ortiz y otros voluntarios, provenientes de jóvenes de la más rancia sociedad colombiana, voluntarios todos, que iban a salvar el honor nacional .

Los panameños se mantuvieron firmes en su posición independentista, expresando que “La separación del Istmo es un hecho irrevocable, que tiene la sanción unánime de los pueblos del Istmo y ha sido reconocida por potencias de este Continente y de Europa”.

Por su parte la nación sureña, vino a reconocer a Panamá, como Estado Independiente, por medio del Tratado Thompson-Urrutia, firmado en Bogotá el 6 de abril de 1914, pero que no fue ratificado hasta 3l 30 de marzo de 1923.

Colombia recibió una indemnización de 25 millones de dólares, que se otorgó para “eliminar todas las desavenencias producidas por los acontecimientos ocurridos en Panamá en 1903”, además el derecho a transportar, sin costo alguno, por el Canal tropas y buques de guerra.

Estas concesiones fueron lo suficientemente dulces, como para hacer olvidar la amargura que desató la pérdida de Panamá y su maravillosa fuente de ingresos ( Ferrocarril y Canal ) para el erario colombiano.

El gran auge que se desarrolló en Panamá, después de la separación, en las diferentes áreas de educación, saneamiento, viviendas, hospitales, construcciones, sistemas de gobierno y relaciones exteriores, vino a demostrar que habíamos estado en un monumental atraso durante casi un siglo.

La larga relación con los Estados Unidos que terminó el 31 de diciembre de 1999, finalmente dejó a los panameños, libres en su propio suelo y llegar a alcanzar el sueño de “ un solo territorio, una sola nación, una sola bandera”.