Monday, June 6, 2011     17:19
 

Placa para el busto a Carlos J. Finlay en Panamá

En abril de 1926, el Club Rotario de La Habana, aprueba en una sesión , confeccionar una placa de bronce, para que fuera colocada en el busto al Dr. Carlos J. Finlay, que Se encontraba frente al edificio del Laboratorio Central en el Hospital Santo Tomás, en la ciudad de Panamá.

Posteriormente, en una reunión extraordinaria , el Secretario del Exterior del Gobierno Cubano, Dr. Carlos M. Céspedes, recibió de manos del presidente rotario Señor González Schelton, dicha placa.

El Cónsul panameño en Cuba, don Ernesto Méndez manifestó " Gracias a vuestro donativo, señores Rotarios, la piedra de Panamá y el bronce de Cuba, se unirán para perpetrar, la memoria inmarcesible, del Dr. Finlay, que ya no es decir cubana, porque difundida por el cielo de la fama, tocó todos los puntos de la tierra y se hizo gloria de la Humanidad".

Habló el Dr. José Antonio López del Valle, discípulo de Finlay quien acotó " Tras los días de enfermedad y luto, provocados por las múltiples epidemias de fiebre amarilla, que periódicamente azotaban a los países tropicales, surgen estos ahora, gracias a las medidas sanitarias derivadas del descubrimiento "Finlay", a la felicidad, a la alegría del brotar magnífico de la salud, que ahora ilumina, vivifica y alegra, tierras antes ensombrecidas al estar castigadas por esa devastadora infección."

El Dr. Carlos E. Finlay, hijo del sabio cubano, expresó el agradecimiento de la familia por este fino gesto de recordación a su padre.

El Dr. Carlos A. Vasseur, ministro de Cuba en Panamá mencionó la genial teoría del mosquito, como medio transmisor de la fiebre amarilla, señalando al Stegomya fasciata ( más tarde llamado Aedes Aegypti,) como el vector especial para la propagación, que fue la gran contribución de Finlay.

Vasseur terminó diciendo que "Finlay simboliza la idea (la simiente creadora) y Gorgas representa la Acción (el fruto bienhechor) ".

El presidente de Panamá, Dr. Belisario Porras, en agosto de 1924, había ordenado la confección del busto en honor del sabio cubano y el Club Rotario de la Habana, vino a
donar la placa alusiva.

El Dr. Carlos J.Finlay, cubano de nacimiento, era el hijo de un escocés y de madre francesa,

Graduado del Jefferson Medical College en 1855, regresó a su patria para dedicarse a la práctica de la Medicina y Oftalmología.

En la Conferencia Sanitaria Internacional, celebrada en Washington, en 1881, presentó un trabajo, donde explicaba su idea de la trasmisión de la fiebre amarilla por medio de un agente ( los mosquitos ), que era algo totalmente novedoso y que iba en contra de las teorías predominantes en la época y que venían de muchos años atrás, como las miasmas, la suciedad, los malos olores. Recuérdese que aún el término malaria, del italiano mal-aire, significaba "mal aire",

Experimentalmente, Finlay no pudo comprobar su brillante teoría, porque se desconocía el concepto de la "incubación extrínsica", que se lleva a cabo durante doce días en el mosquito, para ser capaz, entonces, de transmitir la enfermedad. Finlay, en su deseo de probar científicamente su teoría, aplicaba los mosquitos a sus enfermos, muy temprano, cuando aún se encontraban en la incubación extrínsica.

No obstante, el sabio cubano, puso todos los resultados de sus amplias investigaciones y el material de experimentación a las órdenes de la Comisión Americana de Fiebre Amarilla, que fue enviada a La Habana, con Walter Reed a la cabeza, demostrando así , una sencillez, honradez y ningún egoísmo de su parte, sino únicamente interesado en triunfar sobre la fiebre amarilla. Por otra parte, Reed siempre fue el primero en reconocer la brillantez de la idea de Finlay.

La teoría Finlay fue expuesta, como ya mencionado, en 1881 y comprobada científicamente por Reed y su equipo (Gorgas, Agramonte, Carroll, el martir Lazear, Ross, Carter, etc.) en la Habana, en 1902.

Por muchos años tuvo el científico cubano que soportar críticas y hasta burlas de sus compañeros, por mantenerse firme en sus creencias, pero sobre todo, trabajando arduamente sobre el mismo tema.

Después de la comprobación de su idea, vinieron reconocimientos por muchos países del mundo.

Finlay se retiró como Jefe de Sanidad de Cuba en enero 27de 1900, a la edad de 76 años y murió en octubre de 1915.

Ronald Ross, ganador del Premio Nobel de Medicina en 1902, recomendó a la Academia Sueca, la candidatura de Finlay, para que se le rindiera similar honor, por su enorme contribución hacia la erradicación de la fiebre amarilla.

El Comandante John W. Ross, otro ganador de tan prestigioso galardón, igualmente solicitó dicho premio para Finlay.

En La Habana se erigieron bustos y una estatua en su honor. El Uruguay regaló en 1924 una placa para ser colocada en la Academia de Ciencias de Cuba. El Laboratorio Central del Hospital Santo Tomás de Panamá, recibió el nombre de Carlos J. Finlay y al frente se colocó el busto y placa, a que se refiere este artículo.

En 1927, se llamó Instituto Finlay a una institución científica en La Habana.
Para 1928, el gobierno cubano constituyó la Orden Al Mérito, Carlos J. Finlay.
Se propuso que el 3 de diciembre (cumpleaños del científico cubano), fuera el Día de la Medicina Americana.

El busto de Finlay estuvo primeramente, situado frente al Laboratorio Central del Hospital Santo Tomás, como fue mencionado, Después, al destruirse este inmueble para ampliación hospitalaria, se trasladó al lado del Departamento de Patología del mismo Hospital.

Actualmente se encuentra en el parquecito interior de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.

La placa lleva la siguiente inscripción:


AL INSIGNE CIENTÍFICO CUBANO

CARLOS J. FINLAY

DESCUBRIDOR DEL AGENTE TRANSMISOR
DE LA FIEBRE AMARILLA. VALIOSO APORTE
EN LA CONSTRUCCIÓN DEL CANAL DE PANAMA

EMBAJADA DE CUBA

21 DE MAYO DE 1976

La memoria de Carlos J. Finlay ha permanecido a través de los años, brillando con luz propia, como resultado de su gran capacidad de trabajo, y en la tenacidad para mantener sus ideas.

Su magnanimidad y ausencia total de egoísmo, lo llevó a compartir con otros científicos miembros de la Comisión de los Estados Unidos para el estudio de la fiebre amarilla, todos sus voluminosos apuntes y resultados de sus experimentos.