Monday, June 6, 2011     17:19
 

Las elecciones presidenciales en Panamá con la participación de siete candidatos

A. Comicios de 1964

Un total de siete aspirantes a la presidencia de la nación se presentaron a la lid electoral del 10 de mayo de 1964, por primera vez en la historia republicana de Panamá.

La Ley Electoral vigente en esos momentos, exigía una cuota de 5,000 adherentes como mínimo, para el formal reconocimiento de un partido político por el Tribunal Electoral.

En consecuencia y como resultado de tan baja cifra, sumamente fácil de alcanzar, ocurrió una gran proliferación de agrupaciones políticas, que alcanzó un total de diecinueve.

Otro causal para ese elevado número, lo constituyó la clara intención de los dirigentes políticos de obtener un representante adicional en las mesas de votación, con el objeto de asegurar una mayoría numérica para el momento de la toma de decisiones de cualquier tipo.

Más partidos en una alianza formarían un poderoso bloque e inclinaría significativamente la balanza en cada precinto electoral.

El Tribunal, por su parte, designaba a dos delegados, completándose un gran total de 21 personas que debían estar presentes en cada una de las mesas de votación.

La población electoral de 432,613 personas estaba facultada para elegir a un presidente, dos vicepresidente y 42 diputados.

Los siete candidatos postulados para la presidencia fueron:

Marco A. Robles, con Max Delvalle y Raúl Arango N., como vicepresidentes, apoyados por ocho grupos políticos que se denominaron Unión Nacional de Oposición (UNO), e integrada por los partidos Liberal Nacional, Republicano, Movimiento de Liberación Nacional, Laborista Agrario, Acción Democrática, Progresista Nacional, Nacionalista y Revolucionario Istmeño. Los grupos anteriormente mencionados eran afines al gobierno del presidente Roberto Chiari, sin embargo, se continuaron llamando Unión Nacional de Oposición (UNO), para conservar el mismo nombre que llevaron en los comicios triunfantes de 1960.

Juan de Arco Galindo, con Gilberto Arias y Luis D. Alfaro por la Alianza de Oposición (ADO), constituyeron una nómina que fue apoyada por seis partidos: Coalición Patriótica Nacional, Renovador, Tercer Partido Nacionalista, Dipal, Resistencia Civil Liberal, y Cívico Nacional.

Otros cinco grupos fueron solos a los comicios de mayo, teniendo a Arnulfo Arias como el candidato del Partido Panameñista, a José A. Molino del Partido Demócrata Cristiano, a Norberto Navarro por el Partido Acción Radical, a José de la R. Castillo del Reformista Nacional, y a Florencio Harris por el Partido Socialista.

La campaña electoral fue muy intensa y agresiva, siguiendo un patrón establecido, concentrando Robles su estrategia contra Arnulfo Arias, principalmente, luego Galindo atacando a Robles y a la administración del presidente Chiari y muy poco hacia Arias, y éste a su vez, disparando su fuerte artillería contra Robles y el gobierno, casi sin mencionar a Galindo.

En resumen, una clara polarización de fuerzas hacia Robles y Arnulfo Arias.

A finales del período pre-electoral, se presentaron toda clase de rumores de golpes de estado, de cambio de toldas partidistas y la publicación en la prensa pro-Robles de una copia fotostática de un supuesto certificado de matrimonio de Arnulfo Arias con Jane O´Meara, celebrado en la Corte Distrital de la Zona del Canal y que llevaba hasta faltas de ortografías. Prontamente la Oficina de Relaciones Públicas de ese Organismo, negó de la manera más enfática tal acontecimiento.

La elección anterior (1960) no se podía usar como un indicador serio para derivar conclusiones aplicables a 1964, en vista de la participación, ahora y por primera vez en estos comicios, de seis partidos nuevos y la abstención de las urnas que había realizado la masa panameñista en 1960.

Al Partido Demócrata Cristiano, que debutaba en estas elecciones con su candidato Molino, no se le otorgaba ninguna posibilidad de triunfo, sin embargo, ya se iba proyectando como una fuerza seria y organizada, que llegó a obtener 9719 votos, en una muy meritoria presentación.

El resto de la votación por partidos fue así:

Liberal: 48,574
Republicano: 32,445
Movimiento de Liberación Nacional: 12,920
Laborista Agrario: 11,483
Acción Democrática: 10,975
Progresista Nacional: 9,800
Nacionalista: 2,803
Revolucionario Istmeño: 933
Total de Robles: 130,154
Total del Panameñista (Arias): 119,786
Coalición Patriótica Nacional: 23,872
Tercer Partido Nacionalista: 11,318
Renovador: 4,218
Resistencia Civil Liberal: 4,906
Dipal 3,046
Cívico Nacional: 1,079
Total de Galindo:*******verificar No.**** 48,439
Socialista: 4,374
Acción Radical: 3,706
Reformista Nacional: 2,521

La mayoría del día de las elecciones transcurrió con tranquilidad, como es casi rutinario en este país, excepto por pequeños disturbios sin importancia en algunas de las mesas.

El Partido Panameñista, desde el mismo inicio del conteo de los votos, empezó a lanzar acusaciones de inmensos fraudes por todas las urnas.

Se presentó un recurso de nulidad de las elecciones, que fue rápidamente rechazado.

Oficialmente ejercieron el sufragio 327,936 personas, representando un 75% de los votantes.

De las 1,144 mesas ubicadas en todo el país, el Tribunal Electoral anunció haber escrutado a 1,134, dando a Robles un total de 134,627 votos contra 123,186 de Arnulfo Arias, basado en datos suministrados por sus dos representantes en cada uno de los precintos electorales.

Los otros candidatos recibieron la siguiente votación: Galindo 47,629 ; Molino 9,719; Harris 4,335; Navarro 3,708 y Castillo 2,499.

Basados en estos guarismos, los partidos Socialista (Harris), Acción Radical (Navarro), Reformista Nacional (de la Rosa), desaparecieron del escenario político, al no alcanzar la cifra de 5,000 votos, junto con los partidos Nacionalista y Revolucionario Istmeño, que apoyaron a Robles y al Dipal, Renovador, Resistencia Civil Liberal y Partido Cívico Nacional que siguieron a Galindo. Resumiendo, un total de nueve agrupaciones políticas, de las diecinueve que tomaron parte de la contienda de 1964. (52.6%)

El 29 de mayo Marco A. Robles fue oficialmente proclamado como el nuevo Presidente de Panamá por la Junta Nacional de Escrutinios en una ceremonia llevada a cabo a las 9:00 a.m. en el Palacio Legislativo, donde se produjeron serios incidentes y desórdenes en las calles de la ciudad, que determinaron la intervención de la Guardia Nacional.

Esta proclamación no fue firmada por el representante del Partido Panameñista ni del Demócrata Cristiano, enfatizando este último que su negativa no era por el resultado del conteo, sino por haberse llevado a cabo prácticas corruptas durante la elecciones, como la abierta compra de votos, principalmente en el interior del país.

Los otros 17 representantes aprobaron lo actuado y rubricaron la credencial oficial.

La entrega de este documento, por Enrique de Obarrio, presidente de la Junta Nacional de Escrutinios, se llevó a cabo en la ciudad de Las Tablas, el 6 de junio, a petición del propio presidente electo, para agradecer a ese sector el apoyo que había recibido en las votaciones. Esta entrega de credenciales era la primera vez que se realizaba en el interior de la república.

Las elecciones de 1964 contienen un ingrediente político internacional jamás presente en nuestra historia y se refiere a la ruptura de relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, por los trágicos sucesos del 9 de enero de ese mismo año, que se precipitaron de una manera violenta con choques entre el ejército de la Zona del Canal y el pueblo panameño, con saldo de una veintena de muertos y muchos heridos. Los candidatos a la presidencia en forma unánime se pronunciaron condenando tales actos.

En un estudio realizado sobre el proceso electoral de 1968, Carlos Iván Zúñiga, refiriéndose a Arnulfo Arias, dice "que en el año 1964 una gran alianza de la oligarquía con la Guardia Nacional, impidió su triunfo electoral".

Para el 17 de mayo se programó la segunda de las elecciones de ese año en Panamá, esta vez para elegir a 453 concejales.

Tenía la modalidad este comicio, de otorgarle el poder del voto y a ocupar cargos municipales de elección, a los extranjeros que tuvieran por lo menos 4 años de vivir en el territorio nacional o 2 años si estaban casados con panameña.

El Partido Panameñista ordenó a todos sus copartidarios el abstenerse de participar en estas elecciones para alcaldes y concejales, como protesta por los resultados de los comicios para presidente, vicepresidentes y diputados, que los tildaron como un absoluto fraude.

Las elecciones generales de 1964 fueron las primeras en:

  • Tener siete aspirantes a la presidencia de la república.
  • Participar un total de 19 partidos políticos reconocidos (mayor cantidad hasta la fecha de hoy).
  • Requerir el menor número de adherentes para la inscripción oficial de un partido político ante el Tribunal Electoral.
  • Demorar excesivamente (19 días) el escrutinio de los votos para la proclamación del candidato ganador.
  • Otorgar las credenciales respectivas en una ciudad del interior (Las Tablas) después de una espera de 26 días.
  • Llevarse a cabo dentro de un rompimiento de relaciones diplomáticas con los Estados Unidos.
  • Permitir el voto a los extranjeros y darle oportunidad para optar por cargos municipales de elección.
  • Desaparición de un 52.6% de los partidos oficialmente inscritos ante el Tribunal, (9 de 19) por no conseguir la marca mínima de 5,000 votos.

B. Comicios de 1984

En las elecciones generales celebradas en nuestro país, (mayo 10,1964), se presentó un estudio sobre la participación de siete candidatos a la presidencia de la república, hecho que ocurría por primera vez en nuestra historia política.

Una situación similar, volvió a acontecer diez años después, en los comicios del 6 de mayo de 1984.

El primer presidente de la república, Dr. Manuel Amador Guerrero, fue electo para ese cargo, por la Convención Constituyente en febrero de 1904. Este sistema de elección indirecta, después continuado por medio de Asambleas de Electores, se usó hasta los votaciones del 2 de agosto de 1920 (Porras vs. Urriola), donde se inician las elecciones por medio del voto directo y secreto.

Las reformas constitucionales de 1972, propuestas por el gobierno de los militares, introdujeron otra vez el sufragio indirecto, al votarse por 505 representantes de corregimientos, que constituyéndose en una Asamblea, posteriormente nombrarían al primer magistrado de la nación, como en los casos del Ing. Demetrio B. Lakas, con los vicepresidentes Arturo Sucre y Gerardo González (1972) y luego al Dr. Aristides Royo, con Ricardo de la Espriella hijo y Eric Arturo Delvalle (1980).

La población electoral de 917.677 personas, en estos sufragios de 1984, tendría la tarea de seleccionar a un presidente, dos vicepresidentes y a 67 legisladores(anteriormente denominados diputados).

Para la primera magistratura de Panamá surgen los siguientes candidatos: Nicolás Ardito Barletta, apoyado por los Partidos Revolucionario Democrático (PRD), Liberal, Republicano, Laborista (PALA), Frente Amplio de Profesionales (FRAMPO), Partido Panameñista, todos integrando La Unión Nacional Democrática (UNADE), con Eric Arturo Delvalle y Roderick Esquivel, como vicepresidentes.

Arnulfo Arias, otro candidato a la presidencia, junto con Carlos Rodríguez y Ricardo Arias Calderón, para vicepresidentes, formaron la ALIANZA DEMOCRáTICA DE OPOSICIóN (ADO), que apoyaron los Partidos Panameñista Auténtico, Demócrata Cristiano y el Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (MOLIRENA).

Igualmente tomaron parte en estas elecciones, otros aspirantes como Rubén D. Paredes, por el Partido Nacionalista Popular (PNP), que se autodenominaron "la tercera fuerza", teniendo a Carlos R. Landau y Olimpo Sáez como compañeros de nómina.

Los partidos de izquierda, fueron divididos a la elección, presentando José Renán Esquivel, Carmen A. Miro Y Carlos Pérez Herrera, como la nómina del Partido Revolucionario de los Trabajadores.

Ricardo Barría, Rosa Pérez y Rubelio Ortiz como nominados por el Partido Socialista de los Trabajadores.

El Partido Acción Popular (PAPO) postuló para la contienda a Carlos Iván Zúñiga, Manuel Guerra Almengor y a Doris Rosas De Mata.

El Partido Comunista de Panamá, con el nombre de PARTIDO DEL PUEBLO, nominó a Carlos Del Cid, Cesar A. De León y Julio Bermúdez, como su trilogía de elegibles.

Así planteado el tinglado presidencial eleccionario, (14 partidos, nominando a 7 candidatos para la primera magistratura y a 14 vicepresidentes), pronto se vio una clara polarización hacia los escogidos por UNADE y ADO, que se fue manifestando en las encuestas electorales públicas, que por primera vez entraron como indicadores en nuestra política.

Un grupo de banqueros e inversionistas internacionales, contrataron a la firma Public Policy Corporation of New York, con sede en el 12 West 18 Street, New York 10111, para que llevaran a cabo este trabajo a nivel nacional, con una muestra de 20.000 personas de ambos sexos, mayores de 18 años y basada en los datos del VIII Censo Nacional de Población de 1980 y en el Censo Electoral de la República de diciembre de 1982.

De acuerdo a estos informes, publicados en La Estrella de Panamá, (4 de mayo, la tercera y última muestra), un 80% de la población se presentaría a ejercer el sufragio el día 6 de mayo de 1984.

La preferencia electoral, según la encuesta, se manifestó a favor de Barletta por 55 a 33% de Arias, un 5% para Paredes y el resto de los candidatos llegaba solo a un 1% de los votantes, con 6% de indecisos.

Se utilizaron otros tipos de preguntas, tales como quien haría más por Panamá, sobre la creación de empleos, de viviendas, comprensión mejor de los problemas del Gobierno, aspirando a determinar quien sería un verdadero cambio para el país.

La edad avanzada de Arnulfo Arias, también fue otro punto en las indagaciones, respondiendo el 54% que estimaban que no le permitiría terminar el mandato, y tendría que asumir las funciones el primer vicepresidente, cuya aceptación para dichas tareas se cifraba apenas en un 15%.

Anunciaba el mismo diario local que los resultados de los sondeos de opinión, habían sido avalados con la participación responsable del profesor Jaime Isaacs, catedrático de Estadística y Matemáticas de la Universidad de Panamá.

Aunque resulta obvio que estas encuestas no se llevaron a cabo con la precisión, explicaciones respectivas y el tecnicismo de aquellas efectuadas en la campaña recientemente finalizada (1994), si fueron un intento de presentar un estimado general de las respuestas adelantadas de los votantes, no obstante, estuvieron muy distantes de lo verdadero.

Por ejemplo, el porcentaje de triunfo del candidato Barletta, anunciado en 55%, fue exageradamente errado, ya que según los resultados oficiales, la victoria fue por la mínima diferencia del 1.7% (1713 votos).

Se pronosticaba un 20% de ausentismo de las urnas, cuando en realidad llegó a un 32.53%.

Los cierres de campaña efectuados por la ADO el 3 de mayo, con una marcha de Plaza Porras a la Plaza Catedral y la de UNADE llevada a cabo al día siguiente a las 5 p.m. en la Plaza 5 de mayo, fueron verdaderamente monstruosas, demostrando ambos bandos la pujanza de sus electores, preludio de unas reñidas elecciones en el futuro inmediato.

El mismo 3 de mayo en los diarios de la mañana, los clubes cívicos (Leones de Panamá, Kiwanis, Activo 20-30, Rotarios Panamá Sur y Noroeste), lanzan un comunicado al país, donde solicitan, entre otros puntos, "tomar interés activo por el bienestar cívico, comercial, social, moral de la comunidad y de promover la teoría y la práctica de los principios del buen gobierno y de la buena ciudadanía."

Durante el período post eleccionario inmediato, el conteo de los votos iba sumamente lento, lo que dio lugar a variados disturbios en el país, principalmente frente al Palacio Legislativo, donde el 8 de mayo hubo 23 personas heridas, dos de gravedad y un muerto.

En vista de la zozobra e inquietud en el ambiente por la intranquila situación imperante, los mismos clubes cívicos, esta vez con el Soroptimista Panamá Internacional como otro firmante, emiten el 11 de mayo, otro comunicado donde" exhortan a las autoridades tanto gubernamentales como electorales, a los partidos políticos y candidatos, a los medios de comunicación social y a la ciudadanía en general para:

  • Se respete la voluntad de los votantes escrutando honesta y rápidamente los votos emitidos.
  • Que una vez escrutados correctamente los votos, los candidatos, partidos gobierno y ciudadanía en general, acepten y respeten los resultados de los votos depositados en las urnas.
  • Los medios de comunicación se abstengan de publicar informaciones tendenciosas o distorsionadas, evitando además los ataques e insultos personales.
  • Que se investigue y sancione a través de las autoridades correspondientes los delitos cometidos en detrimento de los electores y los actos de violencia ocurridos".

El 13 de mayo, la iglesia católica se pronuncia por medio de Monseñor Marco A. McGrath, en un extenso comunicado donde pedía "la objetividad en los escrutinios y mucho respeto a los resultados, solicitando que los medios de comunicación deben ayudar a ese mismo efecto, no parcializando sus informes, ni interpretando resultados".

Estos comicios tuvieron una serie extraordinaria de impugnaciones, que recibieron el comentario de Víctor Lay, secretario de la Junta Nacional de Escrutinios, de "un carnaval de impugnaciones", ya que del gran total de 3902 mesas en el territorio nacional, hubo 2124 demandas de diferente tipo,(54.4%) indicando lo difícil y enmarañado que resultó el proceso electoral, que llevó al magistrado presidente del Tribunal Electoral, Dr. César A. Quintero a rogar "por olvidarnos un poco de ese pecado mortal de las impugnaciones".

Después de múltiples controversias y recursos legales, de actas que viajan de la Junta Nacional de Escrutinios hacia el Tribunal Electoral, la Junta declara "que está legalmente impedida e imposibilitada para efectuar proclamación de elección para los cargos de Presidente y vice presidentes de la República".

Ante esta situación, el Tribunal resolvió hacer el recuento de las actas, que lo llevó a proclamar el 16 de mayo de 1984 a la nómina Barletta, Delvalle y Esquivel, como los triunfadores en las elecciones, mediante un comunicado firmado por los magistrados Rolando Murgas Torraza, Yolanda Pulice de Rodríguez y por el secretario general Everardo Tomlinson.

El magistrado César A. Quintero hace un salvamento de voto donde manifestaba "El Tribunal Electoral ha rechazado el recurso de nulidad de las elecciones del Circuito 4.4 de los Distritos de Remedios, San Félix, San Lorenzo y Tolé por defectos formales, a tenor de lo que dispone el artículo 421 del Código Judicial y el artículo 288 del Código Electoral. Aunque esta decisión es procesalmente correcta y, por ello, ha servido de fundamento para rechazar muchas otras impugnaciones similares, en el presente caso, o sea, el del Circuito 4.4 se han denunciado públicamente ciertas irregularidades, que de ser ciertas y comprobadas, habrían incidido en los resultados de las elecciones del 6 de mayo actual. Por ello, me permito disentir de la decisión adoptada por la mayoría de los Magistrados del Tribunal Electoral".

El documento oficial de la proclamación fue recibido por el Ing. José Fierro, el día 21 de mayo. La entrega de las respectivas credenciales se efectuó el 30 del citado mes, en una ceremonia llevada a cabo en el Palacio Legislativo, con la presencia de distinguidas personalidades del mundo político y diplomático.

Fue necesario que transcurrieran 24 días después de la fecha de elecciones para finalmente dar un veredicto, situación que mantuvo en gran suspenso e intranquilidad a la ciudadanía.

Dentro del gran total de candidatos a la presidencia (siete), y a la vicepresidencia (14), aparecen tres exponentes del sexo femenino, como las doctoras Doris Rosas de Mata y Carmen A. Miró, y la señora Rosa Pérez, propuestas para la segunda vicepresidencia, por los partidos PAPO, Revolucionario de los Trabajadores y Socialista de los Trabajadores, respectivamente.

El 25 de mayo se presenta un recurso de nulidad de las elecciones celebradas, por Hildebrando Luna del Partido Panameñista, que rápidamente fue rechazado por el Tribunal Electoral.

La votación oficial por partidos fue:

PRD 175,722
PALA 45,384
Republicano 34,215
Liberal 28,568
Panameñista 11,579
FRAMPO 5,280
Gran Total UNADE 300,748
Por la ADO el comportamiento electoral fue:  
Panameñista Autentico: 221,335
Demócrata Cristiano 46,969
MOLIRENA 30,737
Gran Total ADO 299,035
PAPO 13,782
Partido Del Pueblo 4,598
Revolucionario de los Trabajadores 3,969
Socialista de los Trabajadores 2,085

Población votante: 619.236, representando un 67.04% de la cifra potencial de 917.766 ciudadanos con derecho a ejercer el sufragio.

Al no llegar a la cifra de 15.000 votos, desaparecieron del escenario político, los partidos FRAMPO, PAPO, Del Pueblo, Revolucionario de los Trabajadores y Socialista de los Trabajadores. (35.7% de los reconocidos).

Importante es destacar, asimismo, que posterior a los comicios generales de mayo de 1984, se llevó a cabo una segunda elección el 3 de junio, para escoger alcaldes y representantes de corregimientos en toda la república.

El estudio "Historia política de Panamá", que hace un análisis somero de los procesos eleccionarios desde nuestra independencia, refiriéndose a las características del '84 dice: La injerencia de los militares en las elecciones de 1984 fue evidente en la manipulación de los medios de comunicación, así como el fraude perpetrado en contra de la Alianza de Oposición, Este fue reconocido años más tarde, en 1987, por un exmiembro de las Fuerzas de Defensa y figuras ligadas al Tribunal Electoral".

Las elecciones generales de 1984, segundas en la historia política nacional, con siete candidatos a la presidencia, se distinguieron por:

  • Retorno al sufragio directo y secreto.
  • Tres representantes del sexo femenino como candidatas a la segunda vicepresidencia.
  • El uso por primera vez de las encuestas de opinión pública (un total de tres muestreos).
  • Un candidato presidencial votando en el interior de la república. (Ricardo Barría del socialista de los trabajadores en Santiago de Veraguas).
  • Votación de un 67.47% de la población electoral de 917.766 con derecho a ejercer el sufragio.
  • Excesiva lentitud en el conteo de los votos.
  • "carnaval de impugnaciones", en 3902 mesas en el territorio nacional hubo 2124. (52.4%).
  • Entrega de credenciales respectivas después de 24 días pasados de la fecha de elecciones.
  • Extinción de 5 de los 14 partidos que se presentaron a las votaciones. (35.8%).
  • Presencia de observadores y prensa internacionales.
  • Comicios electorales para alcaldes y representantes de corregimientos celebrados el 3 de junio del mismo año.

C. Comicios de 1994

En el suplemento éPOCAS del Diario La Prensa, correspondiente a los números de junio y julio del presente año, se comentaron las campañas de 1964 y 1984 en la política de Panamá, donde participaron siete aspirantes a la presidencia de la república, situación que se repite otra vez en las elecciones del 8 de mayo de 1994, recientemente celebradas en nuestro país.

De un total de 1.499.451 de panameños con derecho a votar sólo ejercieron este privilegio 1.104.578, dando un ausentismo del 26%, (394.873), sin embargo se reduce a un 22%, al restarse unos 43 mil ciudadanos que no pudieron acercarse a las mesas de votación, por no haber arreglado, dentro del tiempo contemplado por la ley, todo lo concerniente a la cédula de identidad personal.

El Tribunal Electoral extendió el debido reconocimiento a 16 partidos políticos, que cumplieron con todos los requisitos establecidos, incluso una cuota de 29.5000 adherentes.

Los 16 partidos reconocidos, vinieron a representar el segundo número más alto en la historia de Panamá, superado únicamente en la campaña de 1964 donde participaron 19. Obsérvese que para una población electoral de 1.499.451 en 1994, hubo 16 partidos, mientras que en 1964, con solo 432.613, se reconocieron a 19 agrupaciones políticas.

Como era de esperarse, en estos comicios del 94, se formaron alianzas entre algunos de los partidos, mientras que otros siguieron solos en la lucha electoral.

El Pueblo Unido se integró por los partidos Revolucionario Democrático (PRD), Laborista (PALA) y Liberal Renovador (LIBRE) y postuló como sus candidatos al Dr. Ernesto Pérez Balladares, Tomás Gabriel Altamirano Duque y Felipe Virzi.

El Cambio '94 se formó por el Movimiento de Liberación Nacional Republicano (MOLIRENA), el Movimiento de Renovación Nacional (MORENA) y Renovación Civilista, que tuvo a Rubén Darío Carles, Guillermo Quijano Y Tomás Herrera como sus abanderados.

La Alianza Democrática resultó de los partidos Arnulfista, Liberal, Liberal Auténtico y Unión Democrática Independiente (UDI), que nominaron a Mireya Moscoso De Gruber, Arnulfo Escalona R., y José A. Terán. La señora de Gruber se convirtió así en la primera mujer en ser candidatizada para la presidencia de la República de Panamá.

La fórmula de Concertación Nacional surgió de los partidos Solidaridad y Misión de Unidad Nacional (MUN), con Samuel Lewis Galindo, Manuel Guerra y María Villalaz De Arias.

A la lid electoral del 8 de mayo fueron como partidos solos, el Movimiento Papa Egoró, con Rubén Blades, Fernando Manfredo y Ricardo Bermúdez, el Panameñista Doctrinario con sus candidatos José Salvador Muñoz, Rodrigo Bernal y Julia Suira.

El partido Demócrata Cristiano fue a las elecciones con Ricardo Arias Calderón (quien posteriormente se retiró por motivos de salud), viniendo Eduardo Vallarino como su sucesor y los vicepresidentes, Raúl Ossa y René Orillac.

Un partido debidamente inscrito en la jornada electora anterior, y con plena vigencia legal, el Nacionalista Popular (PNP), se abstuvo de tomar parte en estas votaciones para presidente, pero participó para legisladores y representantes.

Los comicios de mayo '94 se llevaron a cabo en un completo orden y con un sentido de fiesta cívica, como fue reconocido por todos los participantes, al igual que los observadores internacionales y los más de 500 periodistas extranjeros, debidamente acreditados para la cobertura del evento.

La labor organizativa de las elecciones, por parte del Tribunal Electoral (Eduardo Valdés Escoffery, Guillermo Márquez Amado y Dennis Allen) recibió innumerables y muy merecidos elogios de todos los sectores y el reconocimiento por el Gobierno Nacional, al otorgárseles la condecoración Manuel Amador Guerrero, en el grado de Gran Cruz, impuesta por el presidente de la República, Guillermo Endara Galimany.

En un país donde impera el hecho de creer muy poco en los demás, esta aprobación general al trabajo realizado por toda la organización del Tribunal Electoral, marca un verdadero hito en nuestra política.

La contienda electoral de 1944, introduce un elemento completamente nuevo en la política panameña, al usarse por primera vez, la papeleta única de votación, donde aparecían todos los candidatos presidenciales, con sus fotos, el emblema del partido y una casilla con el número que les asignó el Tribunal Electoral.

El procedimiento era fácil, pues había que marcar con un ganchito en el lugar asignado al partido o candidato y el voto quedaba listo para ser doblado y depositado en las respectivas urnas de los puestos a elegirse.

El Tribunal Electoral llevó a cabo una muy extensa e importante labor de divulgación para enseñar al pueblo, la forma correcta de ejercer el sufragio, con el objeto de evitar su anulación. A pesar de estos ingentes esfuerzos, 37.743 votos tuvieron que ser anulados, principalmente por haberse marcado más de una vez en la misma boleta.

Esta papeleta única, resultó ser un mecanismo mucho más rápido en la votación misma y desde luego en el posterior conteo.

La velocidad que se produjo en obtenerse los iniciales resultados desde las dos primeras horas después del cierre de las urnas, fue un factor importantísimo en la pureza y claridad de las elecciones. Otro punto novedoso en estos comicios fue la celebración de debates televisivos entre los candidatos, bajo la dirección del Instituto Latino Americano de Estudios Avanzados, (ILDEA) con un formato que no llenó las verdaderas expectativas que se tenían sobre estos encuentros, ya que más bien resultaron en una especie de fórum.

Aparentemente no tuvieron ningún resultado decisivo en los resultados de la elección, pues una candidata que se negó a tomar parte en ellos, llegó en una muy sólida segunda posición en el escrutinio final.

En la política de nuestra América Latina, esta modalidad de los debates no parece tener el efecto impactante que se observa en otras naciones, ya que nuestra masa votante no profundiza mucho en el contenido intelectual de los mismos.

Con un poco más de experiencia en estas actividades, de seguro que llegarán a tener más influencia en las decisiones del electorado, tal como sucede en otros países.

No hubo duda que si captaron el interés de la ciudadanía, por lo menos en su inicio, pero fueron cayendo en una repetición de ideas y programas que llevó a una saturación de los televidentes, recibiendo el calificativo de "aburridos" que le fue endilgado por algunas personas.

Las encuestas de opinión pública llevadas a cabo por cuatro diferentes compañías de profesionales en esta materia, (Dichter & Neira, Cela, Solarium y Marketing Services) demostraron desde el principio una tendencia preferencial hacia un candidato, el Dr. Ernesto Pérez Balladares, sitial que sostuvo, con pequeñas variantes, hasta el final de la contienda.

Muchos opinaban que estos sondeos de opinión estaban amañados y dirigidas en cierto sentido a favorecer determinada candidatura, no obstante, mantuvieron un asombroso paralelismo con los resultados finales, excepto por la inversión en las posiciones dos y tres, que los analistas políticos han tratado de explicar con numerosas teorías.

Sin embargo, no era la primera vez en la historia política de Panamá que se daba uso a este mecanismo de ir midiendo la opinión de los votantes, ya que en la campaña de 1984, igualmente se usaron, aunque carentes de la forma científica, explicación de parámetros, nivel de escolaridad, sexo, domicilio y tipo de empleo que fueron factores muy importantes en aumentar la credibilidad y precisión de las encuestas de los comicios 1994.

Los "exit polls", (un término del inglés, mucho más descriptivo, corto, práctico y manejable, que su contraparte en español: "sondeo de opinión a boca de urna"), desde sus informes iniciales, fueron indicando la misma preferencia electoral que dieron las encuestas y luego confirmado por el resultado final del conteo de votos, es decir, la nómina PUEBLO UNIDO de primera, con un porcentaje de votos que tenía muy pequeñas variaciones. Al analizarse tal situación, se observaba que de continuar cada grupo por su camino electoral establecido, no debería existir ningún tipo de sorpresas al momento del conteo final de los sufragios emitidos. Y así sucedió, por tal razón el triunfo del Dr. Ernesto Pérez Balladares era lo esperado.

La nueva técnica política en este país de entrar casa por casa a buscar el voto y convencer a los ciudadanos fue bien empleada por los siete candidatos presidenciales.

Los medios de comunicación, especialmente la televisión, se manifiestan de nuevo, como el gran poder para orientar a las masas votantes con los mensajes partidistas y avisos políticos, publicidad que fue bien manejada por unos y excelentemente por otros.

Durante el día de las elecciones hubo un notable esfuerzo en la cobertura de los resultados y su presentación rápida a una audiencia ávida y cautiva, a través de la televisión en primer lugar y también la radio, que jugaron un papel preponderante.

Otro elemento nuevo, con miras a adecentar el proceso eleccionario, fue el Pacto de Santa María, firmado por todos los candidatos y su consecuente creación de la COMISIóN DE JUSTICIA Y PAZ, para velar por una campaña libre de insultos y ataques a la vida personal e íntima de los candidatos y sus familiares, que de no haberse producido un enturbiamiento en la última semana, habría terminado en una campaña electoral casi perfecta.

El primer mandatario de la república, Guillermo Endara Galimany cumplió con la palabra empeñada y mantuvo una completa imparcialidad en estos comicios, aumentando su imagen ante el pueblo panameño, al presidir las elecciones más limpias de la historia panameña.

La votación final fue así:

Pueblo Unido 355,307
Alianza Democrática 310,372
Papa Egoró 182,405
Cambio 94 171,192
Demócrata Cristiano 25,476
Concertación Nacional 18,424
Panameñista Doctrinario 3,668

Al no obtener el mínimo requerido de votantes que indica la Ley, (5% de la población votante efectiva, escogiéndose la más alta entre los resultados de los comicios presidenciales, legislativos o de representantes) dejaron de existir los partidos: Panameñista Doctrinario, PALA, LIBRE, UDI, Liberal, Liberal Autentico y MUN, representando un 43.7% del total de los 16 que participaron.

Un punto previamente establecido en la Ley Electoral se refería a la adjudicación automática de una curul en la Asamblea Legislativa, al partido que obtuviera la suficiente votación necesaria para subsistir (más de 50.000), pero que no llegara a alcanzar a elegir ningún legislador. El candidato con mayor número de sufragios en tal partido se vería favorecido con dicha curul. Esta situación se presenta por primera vez en nuestra vida republicana con el partido MORENA. Popularmente se conoce como el "llanero solitario" a ese legislador resultante de lo contemplado, con muy buen tino por la ley, para asegurar la debida representación a las minorías.

La integración de una Comisión de Transición del Mando Presidencial, formada por José Luis Sosa, Rodrigo González y Francisco Sánchez Cárdenas, como el equipo del presidente electo y por Ernesto Linares, Julio Harris y Joaquín Fernando Franco, por el gobierno, representa la primera ocasión que se emplea este mecanismo, muy utilizado en otras latitudes.

En 1984, el presidente electo Nicolás A. Barletta nombró diferentes comisiones de trabajo que abarcaban los distintos campos de la vida nacional y que posteriormente le rindieron informes y recomendaciones sobre la labor llevada a cabo.

Siendo el Tribunal Electoral la máxima autoridad en esta materia, al televidente le resultaba difícil creer que los guarismos presentados por ese organismo, siempre llevaban el estribillo de "extraoficiales". Es cierto que de acuerdo a lo determinado por la ley, la "oficialidad"se le transfería a la Junta Nacional de Escrutinios, no obstante, lo incongruente resultaba al observarse que el estamento superior necesitaba una confirmación por parte del inferior.

Con los fantásticos progresos en la tecnología de la computación y la inminente mayor velocidad en la transmisión de las informaciones, urge una rápida modificación a la Ley Electoral para acomodarla a estos increíbles avances, con miras a los comicios de 1999, de modo que se proclamen los victoriosos con toda la celeridad posible y evitar las demoras que solo tienden a crear climas de intranquilidad y zozobra en el electorado. De ocurrir esta situación, pareciera no tener ninguna razón de ser, otro veredicto, excepto el dictado por el Tribunal Electoral.

Las elecciones de 1994 pasarán a la historia como los comicios más puros de nuestra historia, donde surgió un claro e indiscutible triunfador, el Dr. Ernesto Pérez Balladares y sus vicepresidentes Tomás Gabriel Altamirano Duque y Felipe Virzi, victoria fue reconocida por todos los candidatos, en un gesto pródigo del mayor civismo y decencia.

El panameño se sintió orgulloso ese día, porque definitivamente se había dado un paso firme hacia adelante en la democracia, al exponer ante el mundo un proceso electoral diáfano y claro, alejado de antiguas prácticas, a las cuales es muy seguro que no se retornaran, porque la nación aprendió muy bien esta lección de honradez y civismo, pero sobre todo, le gustó muchísimo.

Las elecciones generales de 1994, terceras en nuestra historia con la participación de siete candidatos, serán conocidas por:

  • Los sufragios más puros efectuados en Panamá.
  • Diáfano liderazgo del Tribunal Electoral.
  • . Divulgación rápida del triunfador en las votaciones para presidente y vicepresidentes.
  • Reconocimiento del claro triunfo por los otros candidatos.
  • Rapidez en el acto del sufragio (se terminaron casi con dos horas de antelación al tiempo programado).
  • Completa credibilidad de los resultados por la ciudadanía.
  • Mayor número de observadores y de corresponsales extranjeros.
  • Sensación de fiesta cívica durante los comicios.
  • Retiro de uno de los candidatos por motivos de salud
  • . Elecciones más costosas (18 millones de balboas)
  • Debates televisivos.
  • Numerosas encuestas de opinión política, realizadas con una técnica científica.
  • "exit polls"o encuestas realizadas a boca de urna, que tuvieron gran similitud con los resultados posteriores.
  • Firma del Pacto de Santa María la Antigua por todos los partidos políticos.
  • Creación de la Comisión de Justicia y Paz.
  • Establecimiento de la BOLETA úNICA DE VOTACIóN, con sus innumerables ventajas.
  • Numerosos sondeos de opinión llevados a cabo con técnicas científicas.
  • Sistema de visitas a casa por casa de los diferentes candidatos.
  • Demostración del gran poder de los medios de comunicación en general, particularmente la televisión.
  • Presentación por primera vez en el escenario político de la figura del "llanero solitario".
  • Una dama como candidata a la presidencia de la república, acto único en Panamá hasta el momento.
  • Establecimiento de una Comisión de Transición del mando presidencial.
  • Ceremonia de la toma de posesión del presidente electo que deberá hacerse con dineros privados.
  • Las primeras votaciones infantiles, donde concurrieron a las urnas 21.934 votantes de 2 a 17 años, que fueron organizados por el Comité Panameño de los Derechos Humanos y otras organizaciones no gubernamentales, estando la gran mayoría entre los 7 y 14 años. La preferencia entre del electorado, igualmente estuvo para el candidato Pérez Balladares con un 43%, Rubén Blades con 27%, Mireya de Gruber llegó a 13% y Carles totalizó un 12%.

Una experiencia muy positiva, dentro de un marco edificante e instructivo. No hay dudas, este nuevo elemento seguirá como un componente estable y duradero, dentro de las actividades de nuestra vida política.