Monday, June 6, 2011     17:19
 

El trágico accidente del Coronel Armuelles y otros en Pedregal

Para inicios de 1921, la nación panameña entera se encontraba en estado de guerra con Costa Rica, a causa de un diferendo de tierras, originado por la opinión jurídica del Juez White de los Estados Unidos, que cercenaba buena parte del territorio nacional.

La euforia por los los triunfos alcanzados por las tropas panameñas en los combates que se llevaron a cabo en Coto, era compartida por la nación entera y los partes de guerra, eran seguidos con gran avidez por el público.

Con el propósito de ayudar a sufragar los gastos de la campaña bélica, aw wmiriweon unos Bonos del Empréstito de Defensa Nacional, que se ofrecieron al mercado, con un rendimiento del 8% anual y que tuvieron una gran acogida en el público-

Todo el movimiento nacional giraba en torno de la acción militar, que acariciada por las mieles de la victoria y de la respuesta ciudadana a esta contingencia, mantenía la unidón de todo el país, bajo la dirección del presidente Dr. Belisario Porras.

Dentro de este ambiente de alegría generaluna nube negra de dolor, vino a entrometerse en la realidad nacional.

El 18 de marzo de 1921, se produjo un accidente ferroviario en el puerto de Pedregal, con el saldo de cuatro muertos y algunos heridos.

Entre los fallecidos, todos héroes de la guerra de Coto, estaban el Coronel Tomás Armuelles A., Coronel Benjamín Zurita, Capitán Arcadio Porto y Ayudante Francisco Durán, oficiales del Ejército de Defensa Nacional.

Entre los heridos se encontraban el Coronel A.R. Lamb, Inspector General de la Policía Nacional, quien había ofrecido de inmediato sus servicios al esfuerzo bélico panameño y el Capitán Yebras. El primero de los mencionados, se informó al principio que presentaba serias heridas, llegándose a decir que tenía una posible fractura del hueso occipital. El Capitán afortunadamente, solo salió con heridas superficiales en la nariz.

El General Manuel Quintero V., jefe del Ejército panameño, le dirigió un telegrama a la esposa del oficial norteamericano en los siguientes términos:

"El señor Lamb despertó esta mañana muy aliviado. No hay temor alguno por su estado y no tiene por qué alarmarse, pues la condición de su esposo noes tan mala como se creyó al principio. Le enviaremos a Panamá en el primer barco que sale de aquí hoy, para que se le prodigue la debida atención médica en esa ciudad".

El accidente se suscitó cuando el vagón donde iban los seis pasajeros y muchas cajas de municiones, se desenganchó de los otros carros del convoy y empezó a tomar gran velocidad, cayendo con enorme fuerza hacia las aguas del estero.

Todo fue tan rápido que todavía permanecían en el muelle muchas personas que habían ido a saludar a los oficiales y tropa.

El Coronel Lamb declaró que al precipitarse el vagón hacia el vacío y caer al estero, los seis ocupantes fueron llevados al fondo en forma muy rápida y que luego las pesadas cajas de municiones, los aprisionaron y comprimieron a todos. El pudo escapar y nadar hacia la puerta del vagón y subir a la superficie. Pocos segundos después vió surgir al Capitán Yebras.

Los otros cuatro desafortunados quedaron atrapados dentro del carro del ferrocarril, pereciendo ahogados. Los esfuerzos que se realizaron para rescatarlos con vida resultaron totalmente inútiles.

Los militares fallecidos fueron enterrados en la ciudad de David, con todos los honores y pompas fúnebres, asistiendo todas las tropas de la expedición, las autoridades de la Provincia de Chiriquí y la población entera de David y localidades aledañas.

La bandera a media asta apenas flotaba, pues hasta el viento de verano había desaparecido en medio de tanta tristeza y dolor.

La Policía Nacional decretó un luto general durante nueves días.

Hubo numerosas resoluciones expresando el sentimiento de pena de muchas de las provincias de la República de Panamá, especialmente de Colón que dice:

El Gobernador de la Provincia de Colón, en uso de sus facultades legales:

Considerando:

que se ha tenido conocimieento de la infausta noticia del fallecimiento del señor Don Tomás Armuelles A., Capitán de la Policía Nacional, ubicada en la Provincia de Chiriquí,

que el Capitán Armuelles A., era el Jefe de la Policía en esta Sección de la Repñublica, donde supo distinguirse tanto por su ejemplar conducta como en cumplmiento de sus deberes,

que el Capitán Aarmuelles A., en la pasada Guerra Internacional prestó importantes y meritorios servicios a la Patria como buen ciudadano panameño y

que es un deber conocer los méritos de los panamneños distinguidos,

Decreta;

Artículo 1. Lamentar la muerte del Capitán de la Policía Nacional señor don Tomás Armuelles A., y presentar su conducta como modelo a sus conciudadanos.

Artículo 2. El Pabellón Nacional permanecerá izado a media asta por tres días en las oficinas públicas de esta Provincia en señal de duelo y los empleados públicos de ella llevaran luto por igual término,

Artículo 3. Copia de este Decreto con nota de condolencia de estilo y con las firmas autógrafas, será enviado a la familia del extinto.

Dado en Colón a los diez y ocho cías del mes de marzo de mil novecientos veine y uno.

El Gobernador
R.S. Arcia

El Secretario
Cristóbal de Urriola

El puerto panameño que se encuentra en el Pacífico y es la importante ruta marítima para la exportación del banano, fue denominado Puerto Armuelles, para honrar así, la memoria de tan preclaro y pundunoroso militar.

Los únicos sobrevivientes de la tragedia, Coronel Lamb y Capitán Yebras, siguieron un período de franca convalescencia.

El Dr. Lamb fue embarcado en el remolcador Gorgona con rumbo al puerto de Balboa, donde llegó el 20 de marzo, recibido por un crecido número de sus amistades y de inmediato trasladado al Hospital Panamá, para mejores controles médicos

El Capitán Yebras, esperó hasta el día siguiente para regresar junto con el resto de la tropa a Panamá.

El destino tiene siempre grandes ironías que juega con las personas que se atraviesan en su camino.

Unos oficiales distinguidos del Ejército de Panamá que venían cubiertos con el manto de la gloria, el respeto, el agradecimiento y la admiración del pueblo panameño, por sus éxitos en la defensa del suelo patrio durante la confrontación con Costa Rica debido al diferendo por las tierras de Coto, súbitamente fallecían en un accidente ferroviario en el Puerto de Pedregal, David.

Se llevaron al fondo del mar todo el cariño, devoción y agradecimiento de la Patria.

Un hecho trágico que estremeció profundamente los cimientos mismos de la nación panameña y que hizo derramar lágrimas a toda una nación.