Monday, June 6, 2011     17:19
 

Primer Reconocimiento de la Soberanía Titular de Panamá

Al momento de la secesión panameña de Colombia, el 3 de noviembre de 1903, la enseña patria fue paseada, ondulante y victoriosa, por todo el territorio nacional.

Cuando los Estados Unidos adquirieron las posesiones francesas del Canal, el 4 de mayo de 1904, se izó en el edificio de oficinas de la Compagnie Nouvelle , la bandera de las barras y las estrellas, en una ceremonia breve y muy sencilla, seguida de cortas palabras del Teniente Mark Brooke, que indicaban, claramente, quienes iban a ser los verdaderos dueños de la nueva Zona del Canal.

Para este importante acto, ni siquiera fue notificado el recién electo presidente Amador Guerrero.

Por otra parte, jamás existió una declaración que prohibiera levantar la bandera panameña, máxime cuando el edificio adquirido por el país norteño, se encontraba en suelo de Panamá, país firmante con los Estados Unidos del Tratado Hay-Bunau Varilla.

Desde los momentos iniciales, se observaron los gérmenes de futuras complicaciones en las interpretaciones de ambos gobiernos, referentes al espinoso tema de la soberanía.

La nación panameña, a través de su existencia como nación libre y soberana, siempre mantuvo, expresándolo en diferentes foros internacionales, que jamás había cedido ese derecho.

Y así fueron transcurriendo los años, inmersos en eterno pugilato sobre este argumento, hasta llegar al 16 de septiembre de 1960, una fecha extraordinaria en la Historia panameña, cuando el presidente Dwight D. Eisenhower, aprobó la Orden Ejecutiva que mandaba izar, diariamente, la bandera de Panamá, al lado de la norteamericana, en la Plaza Shaler.

El lugar seleccionado era bien estratégico, pues se encontraba localizado cerca del límite Panamá-Zona del Canal, en las inmediaciones del Palacio Legislativo de la ciudad capital.

Inmediatamente recibida dicha Orden, se empezó la remodelación de la Plaza, también denominada Triángulo, con el objeto de prepararse para la ceremonia de elevar en idénticos mástiles ambas banderas.

Para no perder el protagonismo eterno que desean mantener, a como dé lugar, los cabeza-calientes de esos tiempos, protestaron porque las dos astas de la Plaza Shaler, se encontraban muy cerca del límite con la Zona y pedían que fueran levantadas en un sitio más alejado de los puntos limítrofes. Así, como también exigían que se hiciera lo mismo en la ciudad de Colón.

Por supuesto, que nadie le dio mucha importancia a esta desabrida queja, representando más bien un hecho para ganar notoriedad, tanto es así, que Aquilino Boyd, un probado e inteligente líder nacionalista, mencionó que no importaba el sitio donde permaneciera nuestra enseña, sino el incontrastable hecho, de haberse promulgado este reconocimiento, de una manera clara y definida.

El Embajador de Estados Unidos en Panamá, Joseph S. Farland, se dirigió, el mismo día 16 de septiembre de 1960, al Palacio de las Garzas, para entregarle personalmente al presidente Ernesto de la Guardia, la respectiva Orden Ejecutiva.

También se indicaba que esta acción, no se debía interpretar como modificativa de ningún punto de los Tratados.

La ciudadanía de Panamá opinó de manera favorable ante la postura asumida por los Estados Unidos, considerándola como un paso muy conciliador, dirigido hacia un mejor entendimiento y a resolver puntos de fricciones entre ambos países.

Luego de largos 56 años ( 1904 a 1960 ), la bandera panameña, volvió al territorio patrio para ondear libremente sobre la Zona del Canal.

Ese 16 de septiembre de 1960, marcó un firme paso hacia delante, en nuestras luchas sobre el Canal de Panamá.

Este hecho no se llegó a justipreciar en su total dimensión, en el instante mismo cuando sucedía, tal vez, por la proverbial incredulidad del panameño o porque quedó atónito por la acción legal llevada a cabo.

No obstante, en los Estados Unidos, los senadores Armistead I. Selden Jr., Demócrata ( Alabama ) y Styles Bridges, Republicano (New Hampshire), fueron acervos críticos sobre el citado tema de las banderas ondeando en la Zona. El primero consideró que no existía ninguna razón para tal autorización y que " generaciones futuras de panameños mirarían a este "act of grace" ( acto de concesión) como un gran primer paso en la entrega de los derechos del Tratado."

Bien proféticas estas declaraciones emitidas en 1960 !