Monday, June 6, 2011     17:19
 

Abolición del ejercito panameño en 1904

La separación panameña de Colombia en noviembre de 1903, ( el término secesión es el correcto, pero no el de más corriente uso) fue un acto bélico de menor cuantía, en lo referente a pérdidas de vidas humanas, aunque hubo momentos muy críticos, que pudieron llevar a soluciones explosivas, sobre todo en la ciudad de Colón, que afortunadamente fueron tratadas y solucionadas con buen juicio y diálogo productivo, que lograron impedir que toda la situación llegara a " mares de cadáveres".

El general Esteban Huertas, jefe del ejército colombiano destacado en Panamá, resultó ser la figura clave en el momento decisivo, con el arresto de los generales Tovar y Amaya, del Batallón Tiradores.

La popularidad innegable del jefe castrense y también de toda la tropa, no permitieron que se desarrollase un sentimiento antimilitarista de inmediato en el pueblo.

No obstante, a menos de un mes de la gesta independentista, ya se empezaba a sentir el sentimiento crónico de malestar que produce un ejército, no solo con su innegable cuota de poder, sino también por los gastos económicos que siempre acarrean.

Los políticos, enmarcados dentro del opositor Partido Liberal, no dejaban pasar un solo momento en hostigar las acciones del gobierno y al mismo tiempo tratar de ganarse la simpatía y amistad del general Huertas, mediante halagos a su personalidad, regalos, invitaciones a fiestas y frecuentes brindis, que el jefe del ejército aceptaba con un marcado grado de alegría.

El culto a la personalidad del General se estaba haciendo en forma abierta y con insinuaciones que invitaban a un golpe de estado.

Para los primeros cuatro meses de 1904, el Ministro de los Estados Unidos en Panamá, William Buchanan, viendo como se iban desarrollando los acontecimientos, opinó que el ejército panameño debía ser eliminado y convertido en una guardia rural, con labores meramente policivas y sin mayor poderío, para evitarle graves trastornos en el futuro al gobierno legalmente constituido.

En noviembre de 1904 y pasadas las conmemoraciones del primer aniversario de vida independiente, el general Huertas envió una fuerte carta al presidente Amador, donde se identificaba con las opiniones del partido opositor y al mismo tiempo exigía la destitución de los Ministros Tomas Arias ( Relaciones Exteriores ) y Nicolás Victoria J. ( Educación ), por no estar desempeñando con acierto y patriotismo sus respectivas carteras.

El presidente Amador se encontraba en una delicada situación y favorecía la abolición del ejército, pero en verdad, no sabía como enfrentarse al problema.

Como se vivía en un tenso ambiente, a la oposición les llegó un mensaje que los Estados Unidos verían con el mayor desagrado, cualquier intentona de derrocar al legítimo gobierno de Panamá.

En la misma fiesta del 3 de noviembre, el general Huertas fue el orador principal y lanzó desde allí, una proclama al pueblo, donde prácticamente se auto dibujaba como el futuro jefe de gobierno de Panamá, después de concluido un golpe de estado.

Sin embargo, la reelección del presidente Theodore Roosevelt en los Estados Unidos, le dieron un respiro a los atribulados momentos que vivía el presidente Amador y su gobierno.

A pesar de este innegable apoyo por parte del gobierno norteamericano, una semana después fue abortado un golpe, liderizado por el general Huertas, llegando casi al arresto del presidente Amador, que fue salvado por consejos del Encargado de Negocios de Estados Unidos, Mr. Lee.

El nuevo Embajador de los Estados Unidos, también concurría con la opinión anteriormente expresada por su antecesor, idea que de inmediato acogió el presidente Amador y su gabinete, ordenando la destitución del general Huertas y la abolición del ejército.

Después que el presidente le solicitara la renuncia, muchos amigos del general le aconsejaban que se resistiera y no presentara su dimisión, pero ante la realidad del apoyo norteamericano al régimen constitucional, terminó por ceder.

En esos momentos el ejército de Panamá estaba constituido por unos 250 hombres armados, que sin lugar a dudas, era una respetable fuerza en esos momentos.

A los soldados se les prometió un mes de salario, pagado en dos partidas, que aceptaron a regañadientes y con visibles muestras de rebeldía en algunos casos, pero que al final todos llegaron a aceptar.

Al general Huertas se le ofreció una pensión mensual, como una jubilación, que al principio rechazó, pero que luego, después de pensar bien los hechos, también aceptó y se retiró a una finca de su propiedad en Aguadulce, provincia de Coclé.

Panamá, apenas un año de haber realizado su separación de Colombia, tuvo un intento de golpe de estado, que por fortuna no llegó a materializarse.